Los sindicatos son el patito feo de la reunión, el centro de las iras de los críticos ciudadanos extremosos y navegadores de la insidia y la ignorancia.
Hay una ola continua de opiniones contra los sindicatos, bien reclamando su eliminación, bien poniendo el grito en el infierno por las fastuosas subvenciones que (dicen) reciben, bien porque sus gerifaltes son unos vendidos corruptos zánganos y matamoros.
Da igual que la Constitución los reconozca y ampare, da igual que la rica patronal reciba el décuplo de subvenciones, o que a la Iglesia Católica se la obsequie con doscientas veces más de dineros y prebendas. O que cientos de asociaciones y fundaciones existentes en el país reciban muchísima, pero muchísima, más subvención que los sindicatos, muchas de ellas sin conocer sus cuentas y destinos. Da igual, el caso es descalificar al patito para saciar la sed de perfectibilidad de los impostores de la excelencia democrática. Da igual que el jefe máximo del principal sindicato cobre menos (2.470 euros) que el jefe de planta de unos grandes almacenes o que cualquiera de los cientos de asesores oficiales designados a dedo, y por supuesto quienes no son jefes sino jefecillos mucho menos. Da igual: se lo están llevando crudo y se están enriqueciendo, aun sin prueba ni indicio alguno de tal práctica ilegal, debe de ser porque ahorran y mucho, da igual que vivan modestamente en viviendas y usos ciudadanos, todo cabe en la injuria y en la afrenta.
Naturalmente, no hacen nada y son submarinos y corifeos del Gobierno, meros pesebristas, pero luego, si convocan una manifestación o huelga lo hacen tarde y ustedes no van, y si la convocan pronto es prematuro y tampoco van, no era el momento, nunca es el momento para otra lucha que no sea el descrédito.
Da igual que de lo poco o mucho que consigan, ustedes, afiliados o no, se beneficien, ellos no son excluyentes ni clasistas, da igual que si a ustedes les suben algo el salario se deba a ellos, da igual que sus jornadas de trabajo o días libres sean ellos quienes las defienden por ustedes, que a ustedes los machacarían, da igual que las empresas coticen a la Seguridad Social por ustedes, que puedan acudir a un juzgado si les despiden, no, no hacen nada, son corruptos e ineficaces, aunque ustedes no tengan prueba, solo la prueba de liberarse de sus fracasos personales en las críticas ácidas y falsas, ustedes, los fachas, lo que quieren es deshuesarlos, desmembrarlos, descalificarlos, suprimirlos, sí, para que entre ustedes, repito, los fachas, y las crueles e implacables fuerzas empresariales y de la derecha, tener el campo abierto y libre para su fechorías miserables, es decir, para la explotación aún mayor de los seres humanos y de su esfuerzo. Ustedes no necesitan financiarse con sus propias cuotas, son ustedes mismos la cuota y levadura de la injusticia social, que tanto les molesta y divierte. Los sindicatos son la bestia negra de la derecha.
Díganme una cosa: ¿qué más pueden hacer frente a las actuales brutalidades del Gobierno y del Partido Popular en materias como la reforma neoliberal de la Constitución, los ultimísimos recortes laborales, o las medidas tomadas en contra de la enseñanza en varias Comunidades Autónomas del PP, entre ellas el Madrid de Esperanza Aguirre y la nueva Castilla-La Mancha de Dolores de Cospedal?
Arturo González
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